La catedral del Salvador
En la realización del actual templo calceatense confluyeron diversas causas e intereses, por un lado la pujanza económica de un lugar en expansión, los beneficios obtenidos de los devotos dominicanos, la importancia de la peregrinación a Compostela, junto con el decidido interés de un obispo de convertir esta iglesia en un símbolo del poder episcopal frente al Monasterio Cluniacense de Santa María La Real. En el año de 1158 comienzan las obras del templo que acogía los restos del Santo. La dirección de las obras se atribuye al Maestro Garción que proyectó un gran templo tardorrománico de gran complejidad arquitectónica y acorde a las necesidades litúrgicas.
Durante el siglo XIV los enfrentamientos fronterizos entre los reinos de Castilla y Navarra pueden servir de explicación para entender el carácter de iglesia fortificada al dotar a la construcción de un pórtico defensivo a los pies de la iglesia y de un paso de ronda interior.
En su interior, lo que más llama la atención es el gallinero gótico del siglo XV, donde viven un gallo y una gallina vivos en recuerdo del milagro del peregrino ahorcado. El retablo mayor de Damián Forment, es una joya de la escultura renacentista española. Destacan los capiteles historiados del deambulatorio y las cuatro pilastras decoradas que dan al presbiterio, con un árbol de Jessé, la Santísima Trinidad y de un Rey David músico.
En la cripta (1957), se encuentra el sepulcro de Santo Domingo, que procede de la unión de piezas de tres sepulcros diferentes. Románica es la lauda sepulcral en la que se representa al Santo yacente, gótica es la mesa en la que se narran sus milagros, y tardogótico es el templete diseñado por Vigarny y realizado por Juan de Rasines.
Con la conmemoración de milenario del nacimiento del Santo en el año 2019, el artista esloveno Marko Rupnik ha recubierto los muros de la cripta con una serie de mosaicos ilustrados que cuentan diferentes escenas de la vida del Santo y de la iconografía religiosa. Marko Rupnik ha trabajado también en la ornamentación de la Puerta del Perdón de la catedral, así como en la vidriera- rosetón situada encima de la puerta del Cristo.
La Torre de la Catedral es exenta al edificio principal y fue levantada entre 1767 y 1769. Al parecer, su singular ubicación se debe a que en ese lugar existía un terreno con mayor consistencia y capaz de soportar tan alta torre.
Retablo mayor
Obra de Damián Forment, uno de los más afamados artistas del momento, que muere en esta ciudad el 24 de diciembre del año 1540. Trazó un grandioso mueble litúrgico de 9 metros de ancho por 13 metros de alto. Utilizó casi exclusivamente la madera de nogal; solo el zócalo es de alabastro. Policromado delicadamente por Andrés de Melgar, es una de las mejores joyas del renacimiento español. El mejor “retablo mayor” riojano del siglo XVI.
El gallinero
De estilo gótico, llama la atención que cobija un gallo y una gallina vivos; recuerdo del famoso milagro del peregrino ahorcado injustamente y salvado por Santo Domingo. En la pared hay diferentes exvotos ofrecidos por los cautivos liberados por la intervención del Santo. Los textos constatan la costumbre de los peregrinos; de hacerse con alguna pluma de las aves, que les serviría a su regreso a casa como una prueba más de la realización de la peregrinación. Todavía hoy, hemos visto a muchos peregrinos que consideran oír cantar a esas aves en la Catedral como augurio de buen viaje.
Cabecera de la Gloria
Formada por un girola, separada de la Capilla Mayor por 8 hermosas pilastras. Del ornamento románico podemos contemplar excelentes relieves y capiteles en los extremos de las embocaduras de la girola. En las pilastras que conforman la Capilla Mayor vemos decoraciones con motivos vegetales y otras con motivos historiados, como los capiteles de las 10 vírgenes prudentes, las 5 vírgenes necias y los 24 ancianos del Apocalipsis. En la base del cuarto pilar vemos un relieve del majestuoso rey David tocando el laúd.
Coro y órgano
Tallado entre los años 1521 y 1527; compuesto de 26 sillas bajas y 33 altas con asiento movible, misericordias, reclinatorio y brazos; los respaldos de las primeras presentan relieves de Santas y los de las segundas Santos y profetas. Esta excepcional sillería renacentista, labrada en madera de nogal sin policromar, se completa con el facistol que soportaba los pesados y grandes cantorales. Un incendio redujo a cenizas el órgano en el año 1765, adquiriéndose uno nuevo en el año 1827, rehecho en el año 1914 y realizándose una profunda restauración en el año 1991.
La portada occidental, el adarve defensivo
La portada occidental, llamada del Cristo, levantada a fines del siglo XIII, queda protegida por un adarve defensivo construido en las primeras décadas del siglo XVI, que confiere a la catedral un evidente sentido de fortaleza. En su interior diversos pasadizos y escaleras recorren este pórtico fortificado, que se abre hacia el exterior por estrechos ventanales.
Claustro, exposición y sala capitular
Documentada en el año 1264 la existencia de dicho claustro, el actual deriva de la reconstrucción en el año 1340. En el patio del claustro podemos ver el pozo, el olivo y los recios contrafuertes de ladrillo. Tras una restauración en el año 1987, el claustro se ha convertido en exposición permanente de la catedral y espacio dedicado a muestras temporales que tanto enriquecen la visita a la catedral. La Sala Capitular se cita por primera vez en el año 1339. En la segunda mitad del siglo XV se cubrió con un buen alfarje, decorado con motivos vegetales y con las armas de su patrocinador el obispo Pedro González de Mendoza.
La Cripta. «Dar las vueltas»
Unas escaleras conducen a la cripta, realizada en el año 1938; alberga el sepulcro relicario con el cuerpo del Santo fundador. Una costumbre muy enraizada en la ciudad, es la de “dar las vueltas al Santo”, que consiste en girar doce veces en torno al sepulcro rezando un padrenuestro, un avemaría y un gloria. Tradición documentada por primera vez en el año 1350. Recientemente, en el año 2019, el artista esloveno Marko Rupnik ha recubierto sus muros con una serie de mosaicos ilustrados que cuentan diferentes escenas de la vida del Santo y de la iconografía religiosa.
Sobre la cripta se encuentra la lauda sepulcral de Santo Domingo, con ropa de talar y acompañado de seis ángeles. Obra románica de finales del siglo XII. El templete, tallado en alabastro imitando una arquitectura gótica, cobija una imagen de Santo Domingo del año 1789 conocida como el “santo abuelito”. Todo esto rodeado de una barroca reja de hierro forjada en el año 1708.
Campanario y museo
Se puede subir a la torre hasta el campanario, donde se disfruta de unas magníficas vistas. En la entrada hay una exposición permanente de campanas y relojes que a nadie deja indiferente.
Circuito expositivo
Con una entrada se pueden visitar todos los espacios del patrimonio religioso: la Catedral y su claustro, la torre exenta con exposición de campanas y relojes, y el templo de San Francisco con su claustro y exposición de marfiles.
Horarios y entradas
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